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martes, 4 de noviembre de 2014

Aguafuertes argentinas (y III): Gerardo Gandini en pipa y la música contemporánea





GERARDO GANDINI (1936-2013)
Reproducción de algunas partituras del músico, junto a su imagen en una foto de 1968 (arriba), en la exposición organizada por la Biblioteca Nacional (foto de abajo) con motivo del primer aniversario de su muerte.

Tiene 32 años el músico Gerardo Gandini en esa fotografía. Toca un contrabajo caoba sobre el que se ha pintado una suerte de esqueleto amarillo, sostiene una pipa curva en la comisura de sus labios, y mira hacia arriba, no sabemos a quién. Está interpretando Strobo I, del músico rosarino Alcides Lanza, en el VII Festival de Música Contemporánea del Instituto Di Tella de Buenos Aires, el 25 de octubre de 1968. Es una imagen de insólita expresividad, que sintetiza un cruce de caminos en la obra múltiple del compositor, una figura relevante de la música contemporánea en Argentina durante la segunda mitad del siglo XX. Intérprete (gran pianista), autor de obras de cámara, sonatas para piano y de varias óperas, director de orquestas sinfónicas y conjuntos de cámara, docente en numerosas instituciones dentro de su país y fuera de él, director musical del Teatro Colón, Gandini fue, además, impulsor proyectos culturales y creador del inédito género de los postangos.

Aquella foto del músico, ampliada a gran tamaño, permaneció en una de las paredes exteriores de la Biblioteca Nacional (BN) durante las semanas que duró la exposición sobre su obra y su legado musical, organizada al cumplirse un año de su muerte. En la muestra se pudo apreciar una parte del archivo del compositor,  que su familia donó a esa institución. El Fondo Gandini reúne valiosos materiales, partituras y documentos (alrededor de mil piezas), que fueron organizadas y clasificadas por el musicólogo Pablo Fessel. La muestra se inauguró con un concierto de homenaje a Gandini (Buenos Aires, 1936-2013) a cargo de la pianista  Haydée Schvartz, que interpretó una selección de las obras de éste, desde escenas de Eusebius hasta el tango Viernes santo y lluvioso. También acompañó desde el piano la proyección de un vídeo inédito del documentalista Andrés Di Tella, que muestra una audición privada de la ópera La ciudad ausente, en la que el compositor toca al piano y canta algunas de sus partes.


HAYDÉE SCHVARTZ
Intérprete de obras de Gandini

 para piano y conjunto de cámara.
“Todo concierto es, en cierta forma, un homenaje. Éste lo es expresamente, no con un espíritu conmemorativo sino con total inmediatez. Rememora a Gerardo Gandini tocando en la Biblioteca hasta apenas ayer. Con tristeza por su ausencia y gratitud por haber estado cerca suyo, por la música que nos dejó”, señalaron los organizadores, recordando que en esas mismas salas el músico programó numerosos ciclos y dio a conocer algunas de sus obras, además de protagonizar como intérprete muchos conciertos.

La BN (1) editó, con motivo de esta exposición, un catálogo con once reproducciones de algunos materiales de Fondo Gandini, sobre todo partituras con anotaciones del autor: Ciclo para piano (1959-66) Lamento de Tristán, ceremonia fúnebre para Erik Stie (1975); Vals de Luba para piano (1978); Oneiron para viola y piano (1978); Diario VII: I. Princeton memories, para dos voces y piano (1998), entre otras. También un intercambio de cartas con John Cage, fechado entre mayo y julio de 1966, en el que el músico norteamericano le pide a Gandini una de sus obras para integrar “una colección de manuscritos o fragmentos de manuscritos de la música del siglo XX”.  Finalmente, un artículo sobre el músico de jazz Thelonius Monk, publicado en la prensa argentina en 2002. En ese manuscrito, que vale la pena citar, Gandini escribe irónicamente el nombre del pianista norteamericano de cuatro maneras diferentes. Y dice de él: “Thelonius gira en círculos alrededor de la medianoche. Su brazo, de una sola pieza, detecta al enemigo, apunta y dispara. De punta. La punta de la espátula. A veces toma impulso alzándose y entonces dispara con todo el cuerpo (…) El piano de Telonius no es un piano. Suena a otra cosa. La música de Telonius suena a otra cosa. A otro jazz.”




PIANISTA Y DIRECTOR
Gandini desarrolló una amplia carrera como instrumentista y dirigió la mayor parte de sus obras.

La estela de Ginastera. Poco después de ese homenaje a Gandini, la BN editó un libro con la Correspondencia mantenida en los años sesenta por Alberto Ginastera, en su calidad de director del Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales (CLAEM) del Instituto Di Tella, con algunos de los grandes compositores del siglo XX que pasaron por sus aulas: de Stockhausen a Cristóbal Halffter, de Luigi Nono a Lutoslawski, entre otros.  La edición crítica de este material, que revela cómo se fue gestando esa iniciativa musical pionera en el país, estuvo a cargo de M. Laura Novoa. Y está prologado por un escrito de Gandini, fechado en mayo de 2011, en el que constan sus incisivos apuntes sobre esa experiencia: “La idea de Ginastera para el CLAEM era traer becarios de toda Latinoamérica. Hizo llamar a un concurso en el que se elegía a doce, quizás por la vocación mesiánica de Ginastera, personas con  la más vigorosa formación musical, con el objetivo de actualizarlos en lo que era la creación musical contemporánea en ese momento. Los becarios residían por dos años en Buenos Aires, y a muchos de ellos les abrió la cabeza totalmente. A algunos para bien, a otros para mal, porque las consecuencias del Di Tella son muy ambiguas”.

(…) “El primer año estuvieron Olivier Messiaen, Aaron Copland y Riccardo Malipiero. Para el curriculum de un lugar que recién empezaba era extraordinario. Pude concurrir a la clase de todos, y aprendí muchas cosas”, indica el compositor. “El CLAEM fue en gran parte obra de Ginastera, y fue una obra trascendente porque en buena medida se atrevió a ir incluso más allá de sus inclinaciones y gustos personales. Me interesa destacar que fue un hombre muy generoso, que supo albergar las más creativas tendencias de ese tiempo, aunque él no las compartiera”.

El historiador de la música Sergio Pujol considera que la influencia que ambos creadores tuvieron en su medio fue sucesiva: “Si Ginastera dominó con seguridad el panorama de la música argentina entre los años 40 y 60, podría aseverarse que Gandini ejerció, desde entonces hasta fines del siglo XX, una influencia de similar peso. Ambos fueron docentes muy activos y persuasivos, que definieron los mapas de la composición argentina de sus respectivas épocas. Ya en un plano más anecdótico –o quizás no tanto— vale recordar que Piazzolla, ex alumno de Ginastera, contrató a Gandini para que tocara el piano en su sexteto de 1989.” Pujol  añade que este último experimento instrumental de Piazzolla buscaba, al convocar a Gandini, “un acercamiento del nuevo tango a la música contemporánea”.



PARTITURAS
Oneiron, obra de 1978 para viola y piano (arriba) y Laberinto para guitarra, de 1977.

Las óperas. A partir de los primeros años de la década del sesenta, el compositor estrena varias obras sinfónicas como Variaciones para orquesta, Cadencias, Laberyntus Johanes, Soria moria, Eusebius, y composiciones para orquesta de cámara como Música ficción III, Mozartvariationen o Estudios para descripción de la lunaGandini compone tres óperas de cámara: La pasión de Buster Keaton (1978), con libreto de Rafael Alberti, Espejismos II (La muerte y la doncella) (1987) y La casa sin sosiego (1992), con libreto de Griselda Gambaro.

En 1995 estrena en el Teatro Colón una de sus obras mayores: la ópera en dos actos La ciudad ausente, con libreto de Ricardo Piglia basado en su novela homónima. “La discusión sobre las relaciones entre la música y la palabra en la ópera, que se remonta a sus orígenes como género y la acompaña toda su historia, encuentra en La ciudad ausente una expresión excepcional que reemplaza cualquier sentido de subordinación o complemento por una idea de correspondencia”,  indica el musicólogo Fessel. Y agrega: “Difícilmente habría podido encontrar Gerardo Gandini un argumento más apropiado a la naturaleza de su poética que el de la novela de Ricardo Piglia. La historia de una máquina que cuenta historias tiene su réplica en una música que interpreta otras músicas, tanto propias como ajenas, y que se confunde con ellas tal como los distintos planos de la ficción en el libreto”.


LA CIUDAD AUSENTE (1995)
La ópera de Gandini, con libreto de Ricardo Piglia, en la versión ofrecida por la orquesta estable del Teatro Argentino de La Plata en septiembre de 2011. Editada por la Biblioteca Nacional en su serie "Raras Partituras", en la que figuran CD dedicados a obras de Juan Carlos Paz, Alberto Ginastera y otros compositores argentinos.

Cinco años más tarde, Gandini estrena –bajo su dirección y también en el Colón-- Liederkreis (una ópera sobre Schumann), un compositor al que ya había dedicado varias obras para piano y orquesta, y que desde 1984 se había convertido en una obsesión para el músico argentino, según sus propias declaraciones. El crítico y profesor de Estética Musical Federico Monjeau  describe así la estructura de esta obra: “Liederkreis, el ciclo de canciones de Schumann sobre Heine, proporciona a la ópera de Gandini, en principio, una idea de distribución, la idea de un círculo de piezas breves que rodean la figura de Schumann como una constelación, donde cada una de las piezas o escenas están a la misma distancia del centro (Liederkreis, literalmente círculo de canciones), ya que no hay progreso lineal o una historia propiamente dicha. (…) Es probablemente la obra más extrema de Gandini. No lo es por la naturaleza de los hechos musicales, aún menos por el contenido de los temas o la violencia de las imágenes, sino estrictamente por su concepción y su forma: la obra transcurre sin la menor concesión al mundo de la representación dramática operística”.

En el festival de cine Bafici de este año se proyectó el documental del cineasta Rafael Filippelli  Esas cuatro notas, un retrato de múltiples caras sobre los ensayos de Liederkreis, que Gandini dirigió junto con sus colaboradores Rubén Szuchmacher --que puso en escena el texto de la ópera, escrito por el dramaturgo Alejandro Tantanian— y el escenógrafo Jorge Ferrari. El film, realizado en el momento en que se ensayó la ópera (año 2000)  pero estrenado cuatro años más tarde, establece un diálogo sutil entre la imagen y la gestación de esta obra compleja, llevando los movimientos de la cámara al interior de los ensayos, más como partícipe que como testigo de la ópera. Es, no obstante, una entrada cautelosa al espacio convencional donde músicos, cantantes y actores giran en este círculo de canciones.

Gandini ha sido sucesivamente creador y primer director del Centro de Experimentación en Ópera y Ballet del Teatro Colón, a partir de 1991; director musical de ese Teatro (1998), director musical de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires (2001) y compositor residente del Colón (2003). En el año 2008 le fue otorgado el VIII Premio Iberoamericano Tomás Luis de Victoria, un reconocimiento a la importancia del músico en el área cultural en la que se gestó y se desarrolló toda su obra.

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                                              ALGUNAS OBRAS DE GANDINI

1. El día después de la lluvia. 7 minutos.


2. Piagne e sospira. Quinteto CEAMC. 6 minutos.

3. Viernes santo y lluvioso. Haydée Schwartz, piano. 4 minutos.

4. JSB Quodlibet. Tropi Ensemble. 9 minutos.

5. Siete Preludios. Susana Kasakoff, piano. 13 minutos.

6. Sonata I. Victoria Gianera, piano. 18 minutos.
  
                                                                    Ópera:

8. La ciudad ausente
Música: Gerardo Gandini. Libreto: Ricardo Piglia. Dirección musical: Erik Oña. Dirección escénica: Pablo Maritano. Orquesta Estable del Teatro Argentino de La Plata. 2011.
Microópera 3: "Lucía Joyce". Mezzosoprano: Eugenia Fuente.
Fragmento: 17 minutos.


                                                                  Postangos:

Gandini, piano.

9. El choclo. 4 minutos.

10. La Cumparsita. 4 minutos.
Del disco Locas tentaciones (2006). Gandini al piano. Cantante: Neli Saporiti.

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(1) Biblioteca Nacional:
El inventario del patrimonio musical  que posee esta institución --valiosos libros y miles de partituras que no eran de conocimiento público-- fue impulsado en 2005 mediante dos vías, según los organizadores: "Junto al ordenamiento, preservación y catalogación del acervo musical, la Biblioteca ha impulsado el desarrollo de conciertos diversos dentro del ciclo Raras Partituras, como forma de difusión de este patrimonio". Actualmente se pueden consultar "más de doscientas mil partituras de música argentina y latinoamericana de diversos géneros autores y estilos". En el campo de la música contemporánea, la BN ha editado algunos CD de especial significación, que se pueden ver en el siguiente enlace:

Raras Partituras:
http://trapalanda.bn.gov.ar/jspui/handle/123456789/7125

Otras publicaciones (revista La Biblioteca, reedición de ensayos políticos y culturales):
http://www.bn.gov.ar/publicaciones

Concierto de música contemporánea programado para noviembre de 2014:




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