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miércoles, 4 de febrero de 2015

Roni Horn: `Todo dormía como si el universo fuera un error´


“Sentir la luz natural es sentir una luz antigua. La luz ha recorrido una gran distancia
 para iluminar el presente”.
R.H., diario inédito (1982).

“Entras en la sala sin hacerte preguntas. Te responsabilizas de tu presencia en ella. En última instancia, no me interesa lo que sepa el espectador  sobre mi intención o sobre mi identidad.  Intento hacer que la obra y la experiencia de la obra sean una misma cosa”.
R. H. (2000).


La producción de la artista estadounidense Roni Horn (Nueva York, 1955) que se exhibe en la Caixa Forum de Madrid (14 noviembre 2014- 1 de marzo 2015) es amplia en sus direcciones y técnicas y muy rigurosa, lo que favorece su concisión: dibujos y obras sobre papel, fotografías, esculturas, instalaciones, performances, libros (1)Una personal investigación acerca de los lenguajes que desborda los presupuestos del arte conceptual y amplía sutilmente la senda minimalista. Roni Horn ganó en 2013 el premio Joan Miró, destinado al arte contemporáneo, y esta muestra, con algunas variantes, fue exhibida el año pasado en Barcelona.  El Whitney Museum de Nueva York y la Tate Modern de Londres albergaron recientemente otros trabajos de la artista.

Roni Horn ha elegido como título de esta muestra, que reúne 27 obras creadas entre 1996 y 2011, una frase tomada del Libro del desasosiego del poeta portugués Fernando Pessoa. Procede del fragmento titulado Sinfonía de una noche inquieta y dice: “Todo dormía como si el universo fuese un error; y el viento, flotando incierto, era una bandera sin forma desplegada sobre un edificio sin ser.” (2) Los trabajos de esta artista se funden habitualmente con textos literarios, tomados no como citas o referencias  poéticas sino como materiales propios de las obras. Sus afinidades en este terreno son, por lo demás, reveladoras: Pessoa, Wallace Stevens, Emiliy Dickinson, Clarice Lispector, entre otras.


RONI HORN
Tras recibir en Barcelona el Premio Joan Miró 2013

Niña de ciudad. Nació en la década del cincuenta en el centro de Nueva York y fue criada como “niña de ciudad”. A los pocos años su familia se trasladó a vivir a la periferia de la metrópolis, donde Roni Horn dice haberse sentido desplazada a un medio inhóspito. Cada vez que podía iba a la tienda de su padre, en Harlem, visitaba algunos museos de la ciudad o frecuentaba clubes de jazz, en los que la improvisación de los músicos le dio una de las nociones que han influido en su posterior trabajo artístico. Sin embargo, soledad y lecturas parecen haber sido constantes de esa etapa de formación: “Mi relación con la lectura se vio en parte estimulada por la necesidad de encontrar un espacio alternativo en el que habitar. Para poder sobrevivir psicológicamente necesitaba saber que había algo más, algo capaz de inspirarme a una escala más amplia…Creo que mi curiosidad innata terminó por empujarme a ese espacio de soledad que me ofrecía la lectura y, luego, también el cine” (3).

Sin estudiar literatura (tampoco arte) frecuentó la obra de Flannery O´Connor, “los rusos” (de Dostoievski a Chejov), naturalmente Faulkner, Thoreau, Beckett, Sartre, Camus, Kafka. Esos años definieron también rasgos presentes en su obra, como el de las identidades fluctuantes y ambiguas: “No era conciente de llevar una vida solitaria. Era así y punto. Cuando sientes que no encajas en tu entorno, algo te empuja a buscar otros espacios. Nunca me esforcé en integrarme. Por supuesto, hablo así a toro pasado. Había muchos factores: tuvieron que ver, probablemente, mi sexualidad y mi androginia, y tantas otras cosas, como el crecer en un ambiente antisemita. Sé que casi todo el mundo se enfrenta a conflictos en su infancia, y yo supe desde una edad temprana que no iba a sentirme cómoda con el estilo de vida del estadounidense medio. Así que pasé mucho tiempo sola, y fue de lo más productivo. Lo social perdía valor ante esa soledad. No me siento a gusto como ser social”.

Islandia. Desde hace más de tres décadas, la artista encontró esos otros espacios en la lejana Islandia (su geografía, su geología, su clima, su cultura), donde pasa temporadas desde entonces y que ha sido tema de varios de sus libros fotográficos. Un entorno particular y decisivo para elaborar su obra: “El paisaje es único en tanto su geología es muy joven. Es como un laberinto en su sentido definitivo. Suficientemente grande como para perderse en él, pero suficientemente pequeño como para encontrarse con uno mismo”.

OPOSITE OF WHITE (2007)
Escultura de vidrio fundido, negro opaco. Si el blanco refleja la luz, el negro la absorbe.

Nueva York- Islandia, polaridades geográficas, tiempo que pasa lentamente a través de las imágenes, trazos del dibujo que se demoran --en un extraño movimiento simultáneo de reflexión e improvisación--, materiales opacos con brillos ocultos, superficies del agua que muestran y ocultan los mundos del río. Todo eso, y más, hay en esta exposición de Roni Horn.

Las salas. El primer espacio, Pi (1998), es una suerte de horizonte fotográfico, situado ligeramente más arriba de la línea de la mirada, y reúne 45 fotografías en color: rostros, paisajes, mares, interiores, animales, varios de ellos de Islandia. Algunas fotos están duplicadas (tomadas en momentos distintos), pero es difícil saber cuánto tiempo ha pasado entre ambas.




A continuación, Rings of Lispector (2004), reproduce frases del libro Agua viva de la escritora brasileña Clarice Lispector; las palabras se dibujan en forma de círculos o espirales,  apoyadas en un suelo de goma, que retiene las pisadas del espectador. Frases de una suerte de autorretrato literario en una escala cromática cálida, a los pies de los visitantes de la sala. Una energía subyacente.

AGUA VIVA (2004)
Las huellas literarias de Clarice Lispector.

En la tercera sala, White Dickinson (2006-2010), esculturas rectilíneas  de aluminio y plástico fundido muestran algunas frases de poemas y cartas de la escritora norteamericana. La artista ha subrayado que “estos objetos hablan de los poemas, pero no los representan. Son los poemas.” O: “En mis obras sobre Emily Dickinson, el texto se integra físicamente en el objeto. No está pintado sin más. El texto es una parte tridimensional del conjunto y lo sitúa a nivel de otros objetos físicos”. En cuanto a la poética de ambas, Roni Horn habla de estos trabajos como “una colaboración póstuma”. “La literatura de Dickinson personifica ese mundo de la experiencia que tanta importancia tuvo a la hora de comprenderme a mí misma y a mi propia obra. Su literatura es un testimonio visual. Escribe sobre lo que la rodea, sin ficcionar pero sin describir”.



WHITE DICKINSON (2006-2010)
Una "colaboración póstuma" con  Emily  Dickinson: objetos que son los poemas.

A continuación, la instalación fotográfica You are the Weather  (1997) muestra un centenar de fotos del rostro de una mujer joven sumergida en aguas termales. Expresiones levemente modificadas por la temperatura del agua y el paso del tiempo entre una toma y otra. En la segunda parte de la misma (de 2011), otras cien imágenes del mismo rostro muestran ya las modificaciones que la experiencia de vida –han pasado 14 años— ha dejado en la piel y en la mirada. La expresión es ahora más madura. Toda la serie juega con las relaciones casi imperceptibles entre la cámara y la máscara del rostro. El mismo y otro cada vez.

YOU ARE THE WEATHER (TÚ ERES EL TIEMPO)
El mismo rostro, siempre diferente. Arriba, la parte 1, fotografiada en 1997. Abajo, la parte 2, de 2011 (fragmentos).

En otra sala se agrupan Dibujos de gran formato, realizados entre 1993 y 2013. Obras muy trabajadas y complejas realizadas con pigmento en polvo, grafito, carbonilla, lápiz de color y barniz sobre papel. Están presentadas así: “Los dibujos de Roni Horn, similares a mapas y diagramas, parecen rastros de sí mismos, caminos perdidos que vuelven a aparecer y se conectan por nuevas rutas. Giros, paradas, cambios y contactos se suceden sin seguir un plano previo”.  Hay también aquí una lenta elaboración y una sugerencia sustancial: toda obra es, en principio, inacabada.


ELSE 9 (2010)
Un mundo cambiante: reflexión e improvisación.

Finalmente, Still Water (The River Thames, for exemple), de 1999, reúne una estupenda serie de quince grandes fotografías del Támesis. Son superficies densas, con brillos inesperados, a veces amenazantes y siempre misteriosas.  Casi invisibles, varios números pequeñísimos distribuidos por la superficie del agua remiten a notas al pie, escritas en la base del cuadro, también en letras de tamaño mínimo, dificultosamente legibles. Los textos aluden a una de las obsesiones de la artista: lo que sugiere, evoca o provoca el mundo del agua, el fluir del río, su apariencia de color y profundidad, su aura poética, su metáfora de sexo y de muerte, entre otras cosas. También aquí hay fuentes literarias y citas de El corazón de las tinieblas del escritor británico Joseph Conrad.






SUPERFICIES DEL TÁMESIS (1999)
Debajo de cada foto hay textos, impresos en letra minúscula, sobre el agua y sus metáforas.

En relación con este tema, en mayo de 2012 Roni Horn realizó la performance Saying Water, registrada en vídeo, en la que la artista leyó un monólogo de su autoría durante 40 minutos, al aire libre y en la costa, frente al público. La lectura del texto, que encadena asociaciones verbales sobre distintas sensaciones y reflexiones que provoca el agua, a partir de un reflejo de lo que somos, empieza al atardecer y concluye cuando es de noche: la costa va cambiando de color ante el suave avance del fin del día. La escena se desarrolla mientras la artista concluye la lectura del texto, a la luz artificial de una lámpara, en medio de la oscuridad. (4).

Retrato de una imagen.  En el año 2004, Roni Horn le escribe a la actriz francesa Isabelle Huppert una carta en la que señala que ha vuelto a ver algunas de las actuaciones de la famosa y singular intérprete, y que observarla es como ver una ventana  que tiene la característica de mostrar distintos paisajes cada vez que se la mira. Es la misma ventana la que cambia. “Tal vez sea usted una médium”, le dice, "cuya presencia contiene la paradoja de algo que es a la vez específico y desconocido. Usted es lo opuesto a Marilyn Monroe/Norma Jeane, un anti-icono, y eso es en parte lo que ha sido  tan convincente y provocativo para mí en los años en que la he observado: una artista huidiza que permanece todo el tiempo visible…que utiliza lo visible como el lugar de lo oculto. Una actriz que…deviene ella misma en el otro”.






PORTRAIT OF AN IMAGE (WITH ISABELLE HUPPERT)
Al centro, la portada del libro dedicado a la muestra de fotos de la actriz francesa, en la que se ve su rostro en un medio de transporte de Frankfurt (2013). Arriba y abajo, dos de las series de Roni Horn expuestas en la ciudad alemana.

Este juego de  expresiones desplazadas está en el origen de Portrait of an Image (with Isabele Huppert), una obra que no se exhibe en Madrid y que la artista neoyorkina inició en 2005. Se trata de una serie de cien fotografías del rostro de Isabelle Huppert, agrupadas en secuencias de cinco imágenes cada una. El trabajo fotográfico, según el galerista Xavier Hufkens, “introduce una nueva descripción de las paradojas del actor en la obra de Roni Horn, que incluye un continuo juego de identidades, alusiones e inflexiones”. En cada una de las secuencias de cinco fotos, la actriz se mete en uno de los personajes que interpretó en la pantalla –Erika, Lena, Claire, Charlotte, Dominique, Jeanne, Mika, Isabelle, Marie, Emma, Beatrice, entre otras--  expresando una realidad que sólo existe en cada film. Pero sin la ayuda de los guiones o de las películas mismas. "Para hacerlo, Huppert  ha sido constreñida no a asumir una variedad de aspectos de su personaje sino a concentrarse en su memoria muscular y revisar los reflejos físicos de cada persona, como lo haría un atleta o un músico”, agrega Hufkens. En su galería de Bruselas albergó en 2008 este trabajo con la mitad de la secuencia (50 fotografías), ya que fue concebido para permitir esa flexibilidad según sea el espacio de exhibición.  

En diciembre de 2013 Roni Horn expuso la obra en colaboración con la Schirn Kunsthalle de Frankfurt, distribuyendo algunas de las imágenes de Huppert en distintos lugares y medios de transporte de esa ciudad, pero sin un título que revelara que formaban parte de un proyecto artístico; tampoco se mencionaba  en ellas la autoría de Horn ni la institución en la que se exhibían las fotografías. Kristian Schrader, curadora de la muestra, destacó en esa ocasión que la artista estadounidense se caracteriza por su maestría en el manejo del disfraz: “Su trabajo es tan sutil y versátil como muchas de las expresiones faciales de Isabelle Huppert en Portrait of an Image”. Y establece una suerte de diálogo con el espectador, abriendo un espacio de reciprocidad con la obra. Schrader (5) destaca que la actriz no sólo está presente con su nombre en el título de la serie fotográfica sino también en la combinación de “retrato” e “imagen”, que contextualiza “lo que ella produce de sí misma: retratos de otros a través de su propia imagen. Aquí, diferencia y similitud están en equilibrio”. 

Es posible vincular también este trabajo acerca de las identidades, los dobles y las imágenes especulares, con ciertas tradiciones pictóricas como la de los simbolistas. Sin embargo, su sensibilidad es contemporánea: para esta artista preocupada por el registro del tiempo, tanto la subjetividad como la información pasan en esta época por un momento problemático. Lo ve así: "La subjetividad se ha convertido en un lujo. Hoy en día es un lujo poseer tu propio espacio en un tiempo también propio. Es algo grandioso. Me encanta tener los pies en el agua, en un agua que corre, para estar segura de que no me pierdo nada de lo que pasa". Pero este objetivo tiene sus dificultades: "Encontrar la corriente de agua en la que queremos nadar nos cuesta más que encontrar lo que queremos en un océano infinito de información. Nos hallamos ante una especie de falsa complejidad que no podemos, sin embargo, ignorar. Hay que sortearla".

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                                               CONCOMITANCIAS
                               (Algunos textos vinculados a la obra de Roni Horn)


Joseph Conrad:

“Inmediatamente se produjo un cambio en las aguas; la serenidad se volvió menos brillante pero más profunda. El viejo río reposaba tranquilo, en toda su anchura, a la caída del día, después de siglos de buenos servicios prestados a la raza que poblaba sus márgenes, con la tranquila dignidad de quien sabe que constituye un camino que lleva a los más remotos lugares de la tierra. Contemplamos aquella corriente venerable no en el vívido flujo de un breve día que llega y parte para siempre, sino en la augusta luz de una memoria perenne. Y en efecto, nada le resulta más fácil a un hombre que ha, como comúnmente se dice, “seguido el mar” con reverencia y afecto, que evocar el gran espíritu del pasado en las bajas regiones del Támesis”.

(El corazón de las tinieblas; traducción de Sergio Pitol). 


Emily Dickinson:

"Era yo la más leve de la Casa-
Me quedé con el Cuarto más pequeño-
Por la noche mi Lamparita, el Libro-
Y un Geranio.

Así situada podía coger la Hierbabuena
Que no dejaba nunca de caer-
Y sólo mi Canasta-
Déjame que lo piense - estoy segura
Eso es todo-

Nunca hablaba –si no me preguntaban-
Y, aun así, era breve y en voz baja-
Soportar no podía el vivir –en voz alta—
Tanto el Bullicio a mí me avergonzaba-

Y si no hubiera estado tan lejos-
Y cuantos conocía
No se hubieran marchado- habría yo pensado con frecuencia
Lo inadvertida- que podría morir-”

(Traducción de Margarita Ardanaz).
                                                 
                                                ¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

“Que siempre amé
Te traigo Prueba
Que hasta que amé
Nunca viví – Bastante-

Que amaré siempre-
Sostengo
Que el amor es la vida-
Y que la vida tiene Inmortalidad-

Si esto- dudas- Amor—
Entonces yo no tengo-
Nada que mostrar
Salvo Calvario-”

(Traducción de Rolando Costa Picazo).


Clarice Lispector:

“Lo que te escribo no llega suavemente, subiendo poco a poco hasta un auge para después ir muriendo mansamente. No, lo que te escribo es de fuego, como ojos en llamas”.

“Soy inquieta y áspera y desesperanzada. Aunque amor dentro de mí, eso sí lo tengo. Pero no sé usar el amor. A veces me araña como si fuese una garra”.

“La verdad última nunca se dice. Quien sepa la verdad que venga. Y que hable. Escucharemos afligidos”.

(Agua viva; traducción de Elena Losada).


Fernando Pessoa:


Sinfonía de una noche inquieta


"Todo dormía como si el universo fuese un error; y el viento, flotando incierto, era una bandera sin forma desplegada sobre un edificio sin ser.


No se desgarraba nada en el aire alto y fuerte, y los marcos de las ventanas agitaban los cristales para que se oyese el lado de acá. Al fondo de todo, callada, el alma sufría con pena de Dios.

Y, de repente, un nuevo orden de cosas universales se imponía en la ciudad: el viento silbaba entre las ráfagas de viento, y había una noción dormida de las muchas agitaciones del momento. Después la noche se cerraba como una trampilla, y una gran tranquilidad daba ganas de haber estado durmiendo".

(Libro del desasosiego, traducción de Antonio Sáez Delgado).

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1. Caixa Forum (Madrid). Exposición:


Ciclo de conferencias:
http://agenda.obrasocial.lacaixa.es/es/-/cl-roni-horn-atlas-de-ejercicios?centros=caixaforum-madrid

Declaraciones de Roni Horn acerca de su obra. Vídeo de 13 minutos. En ingles, con subtítulos en castellano:

En 2008, el Círculo de Bellas Artes de Madrid exhibió algunas obras de esta artista en el marco del festival PhotoEspaña de ese año:
http://www.circulobellasartes.com/evento.php?s=exposiciones&id=56


2. Libro del desasosiego, de Fernando Pessoa. Edición de Jerónimo Pizarro y traducción de Antonio Sáez Delgado. Editorial Pre-Textos. Valencia, 2014.  
Pessoa (1888-1935) escribió estos textos en prosa, de géneros diversos, durante casi toda su vida adulta y los atribuyó a uno de sus heterónimos –Bernardo Soares--, del que dijo “soy yo menos el raciocinio y la afectividad”. Fueron organizados y publicados en libro por primera vez en Lisboa en 1982, casi medio siglo después de la muerte de su autor, cuando éste era ya considerado uno de los mayores poetas europeos. La primera edición en castellano fue la publicada por Seix Barral (Barcelona, 1984), con estudio introductorio, traducción y notas del gran especialista Ángel Crespo. Desde entonces hasta hoy se realizaron en Portugal varias ediciones críticas que reorganizaron de forma distinta los materiales dispersos de la obra. Las dos últimas son la de Richard Zenith, traducida al castellano por Santiago Kovadloff (Emecé Editores, Buenos Aires, 2011) y también por Perfecto E. Cuadrado (Ed. Acantilado, Barcelona, 2013) y  la utilizada aquí, citada al comienzo de esta nota.

Rápidamente el Libro del desasosiego, un manantial de maravillas verbales, se convirtió en la principal obra en prosa de Pessoa y su carácter fragmentario propició que fuera muy citado por artistas de distintas disciplinas como epígrafes de sus trabajos. La frase elegida por Roni Horn es, curiosamente, la misma que el cineasta Jean-Luc Godard introduce en el poema-ensayo derivado de su film JLG/JLG, autorretrato de diciembre (1995). En ese texto (publicado por la Editorial Caja Negra, Buenos Aires, 2009, en traducción de Tola Pizarro), Godard cita escritos de varios autores, entre ellos éste de Pessoa. Después de JLG/JLG, el realizador filmó For Ever Mozart (1996), una película inicial y vagamente inspirada en el Libro del desasosiego del escritor portugués.

3. Las declaraciones de la artista norteamericana han sido tomadas de una larga entrevista que le hiciera la curadora y artista Julie Ault en 2013 --Agua en movimiento: el fluir de Roni Horn--, reproducida en el catálogo de esta exposición. Fundación Miró, Barcelona, 2014.

4. Saying Water. El vídeo fue grabado en mayo de 2012 en el Museo de Arte Moderno de Louisiana, situado en la costa norte de la isla de Zelanda, cerca de Copenhague (Dinamarca).
Duración: 40 minutos. En inglés, sin subtitular:

5. Roni Horn. Portrait of an Image. Libro de fotografías de la obra, con una introducción de Max Hollein y un estudio de Kristin Schrader. Irmer Publishers, 2014.
Exposición en Frankfurt: