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domingo, 8 de enero de 2012

La arquitectura como fábula: los mundos de Emilio Ambasz

LA CASA DE RETIRO ESPIRITUAL
Vivienda soterrada proyectada por Ambasz en 1975 y construida al norte de Sevilla en el 2000

“Nunca he sido tanto un hombre de inclinaciones cuanto un hombre preocupado por avanzar. En mi obra siempre he procurado presentar modelos alternativos del futuro, de modo que podamos cambiar el presente. Esta es una tarea a la que me he dedicado en cuerpo y alma”. Así define su trayectoria el arquitecto y diseñador argentino Emilio Ambasz, al que el Museo Reina Sofía de Madrid dedica en estos días una exposición sobre su obra, reflejada en maquetas, fotos, objetos y materiales audiovisuales, así como en textos que recorren más de tres décadas de actividad innovadora (1).

Algunas de las obras realizadas por Ambasz (Resistencia, Chaco, 1943) en distintos países del mundo, y también los proyectos que concibió en ese largo período, anticiparon la renovación de las relaciones de la arquitectura con el entorno, cuando el discurso y la sensibilidad sobre el medio ambiente no era el fenómeno sociológico que es hoy. La Casa de Retiro Espiritual (1975, vivienda al norte de Sevilla) y el Fukuoka Prefectural Internacional Hall (1990, oficinas en Fukuoka, Japón) son, en ese sentido, dos de sus realizaciones más singulares. Su forma de abordar esta arquitectura verde también ha seguido un camino peculiar: “He optado por ser más un fabulador que un ideólogo, porque en aquél perdura un núcleo inmutable, destinado a sobrevivir a la decadencia de las ideologías. La construcción de fábulas no es un accesorio literario, sino un momento central de mi método de trabajo. A veces la fábula es un proyecto y la parte descriptiva es puramente técnica, mientras que otras veces la parte imaginaria pasa a ser en sí una ilustración" (2).

En el campo del diseño, sus obras persiguen una continuidad funcional con el propio cuerpo de los usuarios, como puso de manifiesto la silla de oficina Vertebra (de 1974), de la que es coautor con Giancarlo Piretti. Vertebra  también fue un proyecto anticipatorio, al ser primera silla articulada de esas características presentada en el mercado. La exposición Invenciones: arquitectura y diseño reúne, así, en dos amplias salas del Reina Sofía, sendas facetas de este creador, los mundos de objetos y proyectos que han recorrido un largo camino hasta llegar hasta el presente.

Manuel Borja-Villel, director del museo madrileño, lo sitúa de esta manera: "Ambasz ha sabido configurar, desde una postura independiente, una crítica a la dictadura de la tecnología sin dejarse seducir ni por el historicismo posmoderno abocado al pastiche, ni por el ingenuo pintoresquismo que en ocasiones suscita la aproximación de la arquitectura al entorno natural. (...) Se declara fuera de la historia, en un terreno más fértil, más duradero, pero también más difícil de aprehender y manejar: el de la fábula, el del mito".


La Casa de Retiro Espiritual (Sevilla, 1975-2000). El arquitecto tenía 32 años y era primerizo cuando proyectó esta casa casi soterrada, para una pareja indeterminada sin hijos y antes de que existiera un emplazamiento concreto para realizarla. Sólo se contruyó veinticinco años más tarde, en un espléndido entorno de la Sierra Morena, al norte de Sevilla. Ese paisaje natural se puede ver desde un alto mirador con celosías al que se llega subiendo por dos escaleras gemelas situadas junto a dos muros blancos monumentales. Una casa que muy pocos han visto generó en ese cuarto de siglo exposiciones, monografías y numerosos comentarios técnicos y arquitectónicos.

Barry Bergdoll, catedrático de Historia de la Arquitectura de la Universidad de Columbia la define así: "A semejanza de otro icono del siglo XX, el Pabellón Mies van der Rohe de Barcelona (1929), la Casa de Retiro Espiritual es tanto un edificio adaptado a un lugar concreto como un constructo mental que imprime en la mente imágenes perdurables. Tan potentes son sus formas contradictorias que las imágenes de la casa estimulan la imaginación, nutren el análisis y nos transportan más allá de la naturaleza elusiva y alusiva del proyecto" (...) Como una fábula, la casa tiene una existencia temporal e intemporal. Y dado que media un cuarto de siglo entre el diseño y la construcción, el proyecto se inscribe también en dos momentos distintos de la trayectoria de Ambasz y de la cultura arquitectónica" (3)

Fulvio Irace, catedrático de Historia de la Arquitectura en el Politécnico de Milán, por su parte, traza esta descripción: "Dos muros en ángulo recto anuncian a lo lejos la presencia invisible de la casa; dos escaleras empinadas convergen en el mirador de la meditación; dos riachuelos descienden por sendas hendiduras  en las paredes y confluyen en el centro del patio en un manantial semicircular. El uso de un lenguaje austero e intemporal depura la emoción en la inmovilidad surrealista de una espera" (4).








LA CASA DE RETIRO ESPIRITUAL
Imágenes del exterior y el interior de la obra y dos maquetas de la misma
Fukuoka Prefectural International Hall (Fukuoka, Japón, 1990). El autor comenta sobre este edificio de oficinas gubernamentales. "Lucho por un futuro urbano donde sea posible abrir la puerta y salir directamente a un jardín, por muy alto que esté el apartamento donde residimos. Sostengo que mi edificio de Fukuoka es un ejemplo de cómo se puede reconciliar, en una ciudad de alta densidad, la demanda de refugios arquitectónicos con la necesidad emocional de vegetación". Y agrega: "Este edificio existe en el centro de una ciudad que en un momento tuvo una plaza de dos hectáreas y ahora vuelve a tener una plaza de dos hectáreas. Y lo que me hace muy feliz es que la gente puede usar la plaza, subir a lo alto del edificio y ver las montañas que rodean la ciudad y que no se ven desde el suelo, y ver la bahía de Fukuoka, que también es un espectáculo muy hermoso".


 

FUKUOKA PREFECTURAL INTERNATINAL HALL
El edificio verde enmarcado en la densidad urbana de la ciudad japonesa

Silla de oficina Vertebra (1974). La silla, que fue diseñada junto con Giancarlo Piretti, "primera silla automática articulada, pretendía que el sistema en el que permanecemos sentados durante varias horas diarias fuese menos insano", señala el crítico y profesor de diseño Peter Hall. "La silla de oficina ergonómica Vertebra fue la primera de verdad. Cuando se la entregué, el fabricante tenía mucho miedo de que la gente, al ver una silla que se mueve, creyera que estaba mal montada", recuerda el diseñador.



VERTEBRA
Silla ergonómica para oficinas

Orígenes. La infancia de Ambasz transcurrió en Resistencia, la capital de la provincia subtropical de Chaco, situada a 1000 kilómetros al norte de Buenos Aires. “La infalible lluvia vespertina servía para ajustar la hora a las cuatro de la tarde —recuerda--. Las nubes de vapor, que se dispersaban media hora después, eran metáforas de la fugacidad de todas las cosas”. A los siete años, sus padres lo trasladaron a Buenos Aires, donde ya en plena gran ciudad también percibió la atracción de la naturaleza: “Mi habitación, situada en la segunda planta de una casa nueva, daba directamente a las ramas frondosas de un árbol de la calle. Como mi cama estaba pegada a la ventana, era como si viviese en una casa construida en un árbol (…) Estaba embelesado con aquel árbol. Hoy sigo venerando a sus hermanos”.

La hora de la arquitectura le llegaría pronto, mientras iba a las clases de un instituto secundario técnico. A los 16 años, se presentó en el estudio del gran arquitecto Amancio Williams (1913-1989), quien después de entrevistarlo lo invitó a aprender y trabajar con su equipo. Fue una experiencia crucial, en la que encontró grandes oportunidades. Mucho más tarde, valoraría así a su mentor argentino, cuya obra fue elogiada por arquitectos como Le Corbusier o Mies van der Rohe: “La práctica de Amancio era coherente con la convicción de que la arquitectura debe contribuir a la felicidad humana (…) Siempre creyó en la creación e invención de ejemplos modélicos”. Pero Williams nunca hablaba con vaguedades románticas, evoca, siempre explicaba sus proyectos con una profusión de detalles técnicos abrumadora, aunque sus obras trascienden los métodos constructivos “para abarcar  el espíritu de la arquitectura” (5).

Princeton, primera escala. Aunque en años posteriores y ya desde fuera de Argentina volvió a referirse al mundo de sus influencias culturales originarias y también a la ciudad, en el ensayo Anthology for Spatial Buenos Aires (1966), el joven Emilio emigró a Estados Unidos a los 21 años, para estudiar –después de haber obtenido una beca— en la Universidad de Princeton, en cuya escuela de arquitectura se graduó con gran rapidez entre 1964 y 1966. Su proyecto de tesis fue un diseño para la antigua sede de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, que había dirigido Jorge Luis Borges. Ser arquitecto era su gran aspiración. Al año siguiente pasó a integrar el cuerpo de profesores de esa escuela, e invitó a dar clases como visitantes a artistas y teóricos como Tomás Maldonado o Abraham Moles.

EMILIO AMBASZ (2011)
El arquitecto y diseñador
en el Museo Reina Sofía
En 1969 dejó las clases y se integró en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde ejeció siete años como comisario de diseño. En ese tiempo, su aspiración era impulsar a través del MoMA el Proyecto Universitas (1972), que generó un debate en profundidad entre una veintena de intelectuales --entre elllos Jean Boudrillard, Umberto Eco o Hannah Arendt-- acerca de la creación de una universidad de diseño. Se trataba, dice,  de “redefinir la idea de universidad”. Uno de los textos elaborados por él para esos debates, planteaba estas cuestiones: “El determinismo de la ciencia natural, que no concede al hombre alterar el curso de las cosas mediante la elección de sus actos, excluye un interés por la ética. El diseño, que se basa precisamente en esa capacidad humana, debe conceder a la ética, precisamente por ello, un lugar central en su reflexión…”

El mismo año, organizó la exposición Italy: The New Domestic Landscape: Achievements and Problems of Italian Design, una antología del mejor diseño industrial italiano de los años sesenta al setenta, junto a una sección de objetos irónicos y no funcionales, y de trabajos encargados específicamente para la muestra, que tuvo una gran repercusión. De estos años de actividad en el museo neoyorkino, el arquitecto, crítico e historiador británico Kenneth Frampton destaca: “Es significativo que las dos últimas exposiciones de Ambasz en el MoMA enunciaran en términos categóricos las dos facetas de su imagen creativa y profesional; por una parte, su conciencia ultrasensible del potencial poético latente en la arquitectura y el paisaje” (en la muestra de 1974 sobre el arquitecto mexicano Luis Barragán); "y, por otra parte, The Taxi Proyect [de 1976], donde exhibía cuatro prototipos de taxi especialmente diseñados  para prestar servicio en el área metropolitana de Nueva York”.

ITALY: THE NEW DOMESTIC LANDSCAPE (1972)
Muestra de diseño italiano (MoMA)
 
THE TAXI PROYECT (1976)
Cartel de la exposición (MoMA)

















 
SOFT COMPUTER


















El verde sobre el gris. A partir de 1977, Ambasz, nacionalizado español, desarrolló sus ideas arquitectónicas y de diseño en obras realizadas en Japón, España, Suiza, Italia o Estados Unidos, enlazando un conjunto de dualidades que alimentan su trayectoria, desde sus estudios de Nueva York y de Boloña o Milán: teoría y técnica, racionalismo y profecía, funcionalidad y mito, América y Europa, pensamiento mágico y pensamiento lógico. Ha reunido sus escritos en lo que llamó Fábulas activas: recopilación de cuentos de diseño para niños escépticos. 

En un texto de 1995, este inventor de prototipos arquitectónicos señala que  su propuesta "es la construcción de una nueva ciudad verde que no sea el reino de la casa en el jardín, sino de la casa y el jardín". Recuerda que dedicó 25 años de su carrera buscando edificios "capaces de devolver a la comunidad la mayor cantidad de posible de verde, según una estrategia proyectiva que suelo definir como del verde sobre el gris".


VIVIENDAS Y ESPACIOS COMERCIALES (LA HAYA, 2002)

CENTRO CULTURAL Y DEPORTIVO (SHIN-SANDA, JAPÓN, 1990)

SEDE NACIONAL DEL ENI (ROMA, 1998)


HOSPITAL DEL ÁNGEL DE LA GUARDA (VENECIA-MESTRE, ITALIA, 2008)

MUSEO DE ARTE MODERNO DE BUENOS AIRES (1998)
Imagen del proyecto original. La reforma del MAMBA se inició años más tarde
y fue inaugurada en diciembre de 2010.


 
PLAZA MAYOR DE SALAMANCA (1982)
Este proyecto, no realizado, imaginaba una plaza como espacio arbolado
debajo de la cual estaba previsto un centro cultural.
Los árboles no impedían la vista de las magníficas fachadas.

Proponiendo un pacto de reconciliación entre la arquitectura y la naturaleza, las construcciones y el paisaje, mediante obras que constituyan una apuesta y sean no sólo pragmáticas sino que sirvan "para conmover el corazón", Ambasz se remonta a un pasado mítico al que aludió alegóricamente en este escrito de 1976, Fabula Rasa:

"La aldea estaba sobrecogida de terror, terror de la cólera divina y de las humanas pasiones. Fue entonces cuando un hombre comenzó a erigir una construcción; sobre una planta circular, levantó un volumen cilíndrico con la parte superior cubierta por una cúpula. Utilizó piedras, madera y barro. Cuando terminó volvió hacia atrás para comunicarle a los demás que la construcción que acababa de terminar tenía la forma del Universo y que, por ende, allí residían los dioses del Universo.

"Luego, con una rama recogida en el templo trazó un círculo alrededor del pueblo y con la ayuda de otras personas erigió alrededor  de este una muralla de tierra y piedras. En el centro del pueblo, cerca del templo, construyó una amplia cabaña que cubrió completamente con tierra, dejando a la vista sólo la entrada. En la cima puso seis grandes lajas de piedra. Llamó a esta construcción su casa. Los demás, en cambio, la llamaron el palacio.

"Cuando murió, colocaron su cuerpo dentro de la cabaña que había considerado su casa, circundándolo con cuanto poseía; su hijo cubrió la entrada con las grandes lajas de piedra que había tomado de la parte superior del túmulo. Algunos dicen que fue así como nació la arquitectura".

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(1) Emilio Ambasz. Invenciones: arquitectura y diseño. Maquetas, fotografías, planos, objetos diseñados, y materiales audiovisuales sobre su obra. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid. Del 2 de diciembre de 2011 al 16 de enero de 2012.

(2) "I Ask Myself", en Emilio Ambasz. The Poetics of the Pragmatic. Rizzoli, Nueva York, 1988.

(3) La racionalidad de lo improbable, de Barry Bergdoll. Artículo recogido en el catálogo de la exposición.


(4) Jardines domésticos, de Fulvio Irace. Texto del catálogo de la muestra.

(5) La frases de Ambasz referidas a sus primeras experiencias en Argentina pertenecen a una entrevista realizada por Michael Sorkin, catedrático emérito, crítico y ensayista de arquitectura.