FRASEO
Reportero raso
El gran escritor colombiano fallecido el pasado 17 de abril,
a los 87 años, en Ciudad de México, recordaba así la época en que inició, a mediados del siglo XX, su prolongado trabajo como periodista. La frase pertenece a una conferencia leída en la Sociedad Interamericana de Prensa en 1996:
“Los periódicos
cabían entonces en tres grandes secciones: noticias, crónicas y reportajes, y
notas editoriales. La sección más delicada y de gran prestigio era la
editorial. El cargo más desvalido era el de reportero, que tenía al mismo
tiempo la connotación de aprendiz y cargaladrillos. El tiempo y el mismo oficio
han demostrado que el sistema nervioso del periodismo circula en realidad en
sentido contrario. Doy fe: a los 19 años –siendo el peor estudiante de Derecho—
empecé mi carrera como redactor de notas editoriales, y fui subiendo poco a
poco y con mucho trabajo por las escaleras de las distintas secciones, hasta el
máximo nivel de reportero raso.”
GGM en el diario El Universal de Cartagena de Indias |
La práctica y la ética
Fragmentos de un texto leído el 18 de marzo de 1995 por el premio Nobel de Literatura colombiano en la inauguración de uno de los talleres de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano que presidía:
Empecemos por observar juntos que cuanto más se fundan escuelas académicas de periodismo, más evidente se hace que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Y casi nada de las dos materias más importantes: la práctica y la ética.
El origen de este desastre podría ser que la formación de los periodistas no logró evolucionar a la misma velocidad que los instrumentos del oficio y se quedaron buscando a tientas el camino en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Deberían salir preparados para dominar las nuevas técnicas, y es todo lo contrario: salen llevados a rastras por ellas, sin los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu en el pasado y sin tiempo ni ánimos para pensar y seguir aprendiendo el oficio.
(...)
Nos preocupa la crisis ética del periodismo escrito. El empleo vicioso de las comillas en declaraciones falsas o ciertas facilita equívocos inocentes o deliberados, manipulaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal. Las citas de fuentes que merecen entero crédito, de altos funcionarios que pidieron no revelar su nombre –y que en realidad no existen–, o la de supuestos observadores que todo lo saben y que nadie ve, amparan toda clase de agravios impunes, porque nos atrincheramos en nuestro derecho de no revelar la fuente. El único consuelo que nos queda es suponer que muchas de estas transgresiones éticas, y otras tantas que avergüenzan al periodismo de hoy, no son siempre por inmoralidad sino por falta de dominio profesional.
En esta visión crítica de la enseñanza se funda el Taller del Nuevo Periodismo Iberoamericano. Nuestra propuesta es hacer una pausa en la formación académica, y volver al sistema primario de talleres prácticos en pequeños grupos, con un aprovechamiento crítico de las experiencias históricas y en su marco original de servicio público.
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La copiosa obra periodística de García Márquez, integrada por textos de diverso tipo, está reunida en cinco libros: Volumen 1: Textos costeños (1948-1952). Volumen 2: Entre cachacos (1954-55). Volumen 3: De Europa y América (1955-60). Volumen 4: Por la libre (1974-1995). Volumen 5: Notas de prensa (1961-1984). Editorial Random House.
El recopilador del ingente trabajo periodístico reunido en los tres primeros volúmenes, y el que dio a conocer esta obra, fue el hispanista y americanista francés Jacques Gilard (1943-2008). Estos tres volúmenes, que incluían sustanciosos prólogos analíticos del propio Gilard, fueron publicados por primera vez en España, en 1981, por el sello Bruguera.
Fragmentos de un texto leído el 18 de marzo de 1995 por el premio Nobel de Literatura colombiano en la inauguración de uno de los talleres de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano que presidía:
Empecemos por observar juntos que cuanto más se fundan escuelas académicas de periodismo, más evidente se hace que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo. Y casi nada de las dos materias más importantes: la práctica y la ética.
El origen de este desastre podría ser que la formación de los periodistas no logró evolucionar a la misma velocidad que los instrumentos del oficio y se quedaron buscando a tientas el camino en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Deberían salir preparados para dominar las nuevas técnicas, y es todo lo contrario: salen llevados a rastras por ellas, sin los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu en el pasado y sin tiempo ni ánimos para pensar y seguir aprendiendo el oficio.
(...)
Nos preocupa la crisis ética del periodismo escrito. El empleo vicioso de las comillas en declaraciones falsas o ciertas facilita equívocos inocentes o deliberados, manipulaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal. Las citas de fuentes que merecen entero crédito, de altos funcionarios que pidieron no revelar su nombre –y que en realidad no existen–, o la de supuestos observadores que todo lo saben y que nadie ve, amparan toda clase de agravios impunes, porque nos atrincheramos en nuestro derecho de no revelar la fuente. El único consuelo que nos queda es suponer que muchas de estas transgresiones éticas, y otras tantas que avergüenzan al periodismo de hoy, no son siempre por inmoralidad sino por falta de dominio profesional.
En esta visión crítica de la enseñanza se funda el Taller del Nuevo Periodismo Iberoamericano. Nuestra propuesta es hacer una pausa en la formación académica, y volver al sistema primario de talleres prácticos en pequeños grupos, con un aprovechamiento crítico de las experiencias históricas y en su marco original de servicio público.
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La copiosa obra periodística de García Márquez, integrada por textos de diverso tipo, está reunida en cinco libros: Volumen 1: Textos costeños (1948-1952). Volumen 2: Entre cachacos (1954-55). Volumen 3: De Europa y América (1955-60). Volumen 4: Por la libre (1974-1995). Volumen 5: Notas de prensa (1961-1984). Editorial Random House.
El recopilador del ingente trabajo periodístico reunido en los tres primeros volúmenes, y el que dio a conocer esta obra, fue el hispanista y americanista francés Jacques Gilard (1943-2008). Estos tres volúmenes, que incluían sustanciosos prólogos analíticos del propio Gilard, fueron publicados por primera vez en España, en 1981, por el sello Bruguera.
Una temprana y fluida investigación, que enlaza las características de la obra periodística del escritor colombiano con las circunstancias biográficas de su época de formación, puede hallarse en el libro El otro García Márquez. Los años difíciles, de Pedro Sorela (Mondadori, 1988).
Tres narraciones de García Márquez que tuvieron motivación periodística fueron publicadas en forma de libro. Son Relato de un náufrago (1970), una serie en 14 entregas aparecida en El Espectador en 1955; La aventura de Miguel Littin clandestino en Chile (1986) y Noticia de un secuestro (1996).