Las palabras de la música
El libro Palimpsestos reúne un interesantísimo y diverso conjunto de textos del compositor Mauricio Kagel
(Buenos Aires, 1931- Colonia, Alemania, 2008), en cuya obra brilla la búsqueda de uno de los creadores más singulares de la segunda mitad del siglo
XX. Pionero de la música concreta, figura destacada del postserialismo y de la
electroacústica, y protagonista relevante del teatro musical, Kagel desarrolló toda su obra en
Alemania, donde vivió más de medio siglo desde su partida de Buenos Aires en 1957. En Argentina inició su formación prácticamente autodidacta, tomó clases de piano con Vicente Scaramuzza, estudió con Alberto Ginastera y se vinculó, siendo muy joven, con la agrupación Nueva Música fundada por Juan Carlos Paz. Estudió filosofía y literatura en la Universidad de Buenos Aires y mostró un vivo interés por el cine y la fotografía. Todas estas inquietudes estuvieron muy presentes en el desarrollo de su obra, aunque sin duda la música fue el eje que las articuló, en un momento y en un ambiente propicios como el del país al que había emigrado: "A Alemania vine sobre todo por la música alemana. Si uno creció con Bach, Haydn, Mozart, Schubert, Schumann y Brahms, tiene una relación íntima indiscutible con esa cultura musical. Y no hace falta distinguir entre Alemania y Austria." (1)
Kagel ha desarrollado también una ampla actividad docente, iniciada en 1964 en los célebres cursos de música contemporánea dictados en Darmstadt y acompañó su labor creadora en el terreno de la música, el cine, la radio y el teatro con la producción de gran cantidad de textos, algunos de los cuales integran el libro Palimpsestos (2). En realidad, esos apoyos textuales no eran simples acompañamientos sino que alimentaban la savia de las obras. Kagel consideraba que las palabras y las
artes, sobre todo en momentos de ruptura, mantenían una íntima relación: “La
música y el arte no se bastan a sí mismos cuando llegan a trastocar el sistema
de coordenadas fundado en el conocimiento y la experiencia del receptor, algo
que no es inusual cada vez que éste se enfrenta a lo nuevo. En este caso surge
la necesidad de valerse también de las palabras. El error del pasado fue creer
que la música, en tanto arte autónoma, no tenía necesidad de un comentario a
modo de ejemplo; una ilusión que no se correspondía con los hechos. Ambos, arte
y música, no pueden prescindir de las palabras”.
Esta proclama del compositor, tomada del texto De la idea de sí mismo y las tareas del artista, encabeza la presentación del libro Palimpsestos realizada por Carla Imbrogno, a quien pertenece la selección y traducción de algunos de los escritos que integran el volumen, ya que Kagel escribía en alemán y sólo revisó los textos traducidos por otros a su lengua materna. La editora del libro agrupó materiales que estaban muy dispersos y estructuró el volumen en tres secciones: comentarios de la obra, una serie de escritos en los que el propio Kagel se refiere a la génesis y propósitos de algunas de sus composiciones; conferencias y ensayos, en los que el compositor expresa su visión de algunos temas que le interesaban, desde el teatro instrumental hasta las figuras de Bach o John Cage; y una tercera parte integrada por conversaciones, cuatro extensos diálogos con otros tantos especialistas y musicólogos.
En el prólogo a esta antología, el crítico argentino Pablo Gianera subraya el hecho de que es la primera vez que aparece en español un libro suyo, siendo en alemán (o francés) que fueron casi siempre editados durante décadas. Gianera concluye que en este caso las palabras cumplen el mismo destino que su música, estrenada antes en los centros musicales europeos que en la periferia sudamericana: "Es tan indudable como a esta altura evidente que también esa música está constituida, en una complejísma trama de causas y efectos, sobre la base del roce --o en ocasiones la fricción-- entre esos extremos, el centro y la periferia".
Compositor lúcido y molesto. Hace ya casi treinta años (en 1987) se publicó en castellano un análisis exhaustivo de la obra desarrollada hasta entonces por Kagel, que incluía numerosas citas del compositor. El autor del libro Mauricio Kagel (3), el compositor y musicólogo valenciano Llorenç Barber, introducía el texto de esta manera: "Y sin duda eso es Kagel: el compositor más lúcido y molesto que ha dado Europa tras el sarampión serialista. Heredero de futuristas y dadaístas, primo hermano de Lautreamont, Artaud y Borges, alter ego antagónico de John Cage, visitador de cafés-cantantes, cines, sermones y circos, tribuno persuasor e implacable, etc, Kagel es un incansable y solitario luchador contra la rigidez, siempre excesiva, de la sociedad (musical)".
Esta proclama del compositor, tomada del texto De la idea de sí mismo y las tareas del artista, encabeza la presentación del libro Palimpsestos realizada por Carla Imbrogno, a quien pertenece la selección y traducción de algunos de los escritos que integran el volumen, ya que Kagel escribía en alemán y sólo revisó los textos traducidos por otros a su lengua materna. La editora del libro agrupó materiales que estaban muy dispersos y estructuró el volumen en tres secciones: comentarios de la obra, una serie de escritos en los que el propio Kagel se refiere a la génesis y propósitos de algunas de sus composiciones; conferencias y ensayos, en los que el compositor expresa su visión de algunos temas que le interesaban, desde el teatro instrumental hasta las figuras de Bach o John Cage; y una tercera parte integrada por conversaciones, cuatro extensos diálogos con otros tantos especialistas y musicólogos.
En el prólogo a esta antología, el crítico argentino Pablo Gianera subraya el hecho de que es la primera vez que aparece en español un libro suyo, siendo en alemán (o francés) que fueron casi siempre editados durante décadas. Gianera concluye que en este caso las palabras cumplen el mismo destino que su música, estrenada antes en los centros musicales europeos que en la periferia sudamericana: "Es tan indudable como a esta altura evidente que también esa música está constituida, en una complejísma trama de causas y efectos, sobre la base del roce --o en ocasiones la fricción-- entre esos extremos, el centro y la periferia".
Compositor lúcido y molesto. Hace ya casi treinta años (en 1987) se publicó en castellano un análisis exhaustivo de la obra desarrollada hasta entonces por Kagel, que incluía numerosas citas del compositor. El autor del libro Mauricio Kagel (3), el compositor y musicólogo valenciano Llorenç Barber, introducía el texto de esta manera: "Y sin duda eso es Kagel: el compositor más lúcido y molesto que ha dado Europa tras el sarampión serialista. Heredero de futuristas y dadaístas, primo hermano de Lautreamont, Artaud y Borges, alter ego antagónico de John Cage, visitador de cafés-cantantes, cines, sermones y circos, tribuno persuasor e implacable, etc, Kagel es un incansable y solitario luchador contra la rigidez, siempre excesiva, de la sociedad (musical)".
En este libro de divulgación editado en España, Barber recorría la vida y las creaciones de Kagel, tanto las pertenecientes al teatro instrumental como al cine, analizaba agudamente la distancia y el humor en su obra, las relaciones de la misma con la tradición y la política, y concluía con una precisa selección bibliográfica. El estudio fue publicado por el Círculo de Bellas Artes de Madrid y formó parte de una colección --Música de Nuestro Siglo-- integrada por ensayos de distintos críticos españoles sobre John Cage, Pierre Boulez, Alban Berg, Edgar Varese, Heitor Villa- Lobos y Charles Ives.
"PALIMPSESTOS" Primera edición en español de sus escritos |
EL COMPOSITOR Kagel produjo numerosos textos sobre música. |
El título del libro, Palimpsestos, manuscritos antiguos que conservan huellas de una escritura anterior borrada, es también el de la primera composición de Kagel, una obra para coro mixto a cappella (de 1950). Está basada en textos de Poeta en Nueva York, el libro que Federico García Lorca escribió entre 1929 y 1930, cuando estudiaba en la Universidad de Columbia. "Lorca amaba la música --señaló Kagel--; lo que hice fue poner en música poemas breves y fragmentos que en el original estaban escritos en forma de diálogo y sin rima. Podría llamarlos versos de una conversación rítmica. Era algo nuevo para mí y pedía a gritos música."
En Buenos Aires, una `repatriación´. Dos años antes de la muerte en Alemania del compositor, se realizó en Buenos Aires un festival íntegramente dedicado a su música, organizado en julio de 2006 (para su 75º cumpleaños) por el Centro de Experimentación del Teatro Colón, con la dirección de Marcelo Delgado. En ese festival, el nombre de Kagel adquirió una difusión algo mayor fuera del círculo de los aficionados. "Por supuesto, era muy conocido entre los compositores contemporáneos de Argentina; imposible ignorar su peso internacional. Que las agrupaciones Compañía Oblicua y Ensemble Süden hayan interpretado con precisión las obras que Kagel presentó en aquellas veladas del Colón indica que hay en nuestro país intérpretes expertos en música contemporánea", indica el historiador y ensayista Sergio Pujol. "Sin embargo", agrega, "esta suerte de repatriación de uno de los artistas sonoros más originales de las segunda mitad del siglo XX quizá deba ser entendida en el contexto de la crisis de la música contemporánea", a cuyos experimentos "la obra multiforme" de Kagel pareció anticiparse.
Sobre esas características, el crítico musical Federico Monjeau realiza este agudo análisis: "La música de Kagel mantiene una relación polémica con el concepto tradicional de originalidad. La originalidad de esa música no consiste exactamente en la novedad de sus materiales o en una supuesta creación desde la nada; consiste más bien en la elaboración de una perspectiva específica, de una mirada que atraviesa los materiales de la tradición musical en forma oblicua, extrañamente afectuosa y extrañamente ácida, partiendo seguramente de la suposición de que esos materiales son grandes cristalizaciones de la experiencia humana".(4)
DVD del film de Solnicki, editado en 2011. |
Finalmente, al resumir su trayectoria como compositor, Kagel ha destacado como fundamental el valor de la continuidad, la ausencia de cambios repentinos en la dirección de su trabajo: "Naturalmente hay obras más importantes y otras menos, pero no me toca a mí hablar de la calidad de las obras. Lo único que puedo decir es que toda mi vida, cuando terminaba una obra, estaba seguro de haber infundido todas mis energías, mi alma y mi amor por la música. Al final, siempre pude decir: esto lo quería así y debía ser así.
Después, el tiempo dirá...."
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LAS OBRAS
Selección de creaciones de Kagel, precedidas de algunos comentarios suyos, reproducidos en Palimpsestos, y otras notas.
1. `Ludwig van´ (1969). Película con guión, dirección y arreglos de Kagel sobre música de Beethoven.
"Ludwig van es una declaración de amor a Beethoven, sostenía el compositor. Sin embargo, por su tono satírico la película fue leída como anti-Beethoven e incomprendida por las instancias ortodoxas de la vida musical. El film habla de la vida del músico pero sobre todo habla de la vida de Beethoven después de su muerte; la película critica febrilmente la recepción y el culto trivial al genio y las formas entumecidas a las que se apela para transmitir la tradición", indica el musicólogo Werner Klüppelholz.
Ludwig van empieza cuando Beethoven llega --en los años sesenta del siglo XX-- desde Viena a Bonn, donde había nacido, observa el culto que se le rinde en esa ciudad y visita su casa natal. La música es un collage con nuevas instrumentaciones y arreglos, que modifican el contexto aunque manteniendo las notas escritas por el genial compositor. Para los escenarios, Kagel convocó a diversos artistas del movimiento Fluxus y les encargó el diseño de la casa imaginaria de Beethoven (como Robert Filliou, que imaginó el desván, o Dieter Roth, responsable del cuarto de baño), reservándose para sí la sala de música. La cocina estuvo a cargo de Joseph Beuys y se cuenta entre las obras del artista como `instalación temporaria´ (porque duró lo que duró el rodaje).
A continuación se reproducen el enlace de un fragmento de la obra, y otro de la versión completa de este primer e irreverente film de Kagel.
Ludwig van empieza cuando Beethoven llega --en los años sesenta del siglo XX-- desde Viena a Bonn, donde había nacido, observa el culto que se le rinde en esa ciudad y visita su casa natal. La música es un collage con nuevas instrumentaciones y arreglos, que modifican el contexto aunque manteniendo las notas escritas por el genial compositor. Para los escenarios, Kagel convocó a diversos artistas del movimiento Fluxus y les encargó el diseño de la casa imaginaria de Beethoven (como Robert Filliou, que imaginó el desván, o Dieter Roth, responsable del cuarto de baño), reservándose para sí la sala de música. La cocina estuvo a cargo de Joseph Beuys y se cuenta entre las obras del artista como `instalación temporaria´ (porque duró lo que duró el rodaje).
A continuación se reproducen el enlace de un fragmento de la obra, y otro de la versión completa de este primer e irreverente film de Kagel.
Fragmento (7 minutos):
Película completa con subtítulos en castellano: 90 minutos:
https://www.youtube.com/watch?v=F87A1_xcYcw
https://www.youtube.com/watch?v=F87A1_xcYcw
2. Acústica (1968/70). Para fuentes de sonido experimentales y altavoces.
"Una de las ideas fundamentales de esta composición es la invención concreta de fuentes de sonido: instrumentos novedosos como el complemento natural de fuentes de sonido convencionales, junto con un equipamiento acústico experimental, cuyo manejo presupone facultades musicales específicas", dice el autor. Algunos instrumentos: teclado de castañuelas, violín de clavos, violín de varillas, matraca de cinco martilletes, tronco silbante, megáfonos, entre otros. Esta pieza es una de las obras más radicales del teatro instrumental. El músico la consideraba "una de mis obras más vastas".
Fragmento: 10 minutos.
3. Dos hombres orquesta (1971/1973).
"La idea de un hombre orquesta me ocupó desde temprano: la figura de un solista-acróbata, que, sin tener en cuenta los puntos cardinales, maneja una cantidad inconcebible de instrumentos, siempre me pareció tan fascinante como reveladora. Los límites de lo ejecutable con los que tropieza un músico en tales condiciones no hicieron más que alentar mi curiosidad y deseo permanente de transgredir normas y ponerlas en ridículo. Así fue como a lo largo de los años fui acumulando materiales de toda clase para la pieza que, yo sabía, alguna vez compondría", recuerda Kagel.
Fragmento: 2 minutos.
Fragmento: 2 minutos.
4. Varieté (1976-77).
"En la partitura de Varieté, Kagel sugiere la participación de diferentes rubros del entretenimiento: ilusionistas acróbatas, magos, traga-sables, atletas, contorsionistas, expertos en saltos mortales, domadores, bailarinas exóticas, equilibristas, strippers, faquires, mimos, ventrílocuos, telepatistas, trapecistas, hipnotizadores..." detalla el músico y periodista Abel Gibert. Y recuerda la indicación del compositor: "La audiencia puede ser llevada de acá para allá entre la sincronía y la asincronía: la tensión entre lo visual y lo aural."
"En la partitura de Varieté, Kagel sugiere la participación de diferentes rubros del entretenimiento: ilusionistas acróbatas, magos, traga-sables, atletas, contorsionistas, expertos en saltos mortales, domadores, bailarinas exóticas, equilibristas, strippers, faquires, mimos, ventrílocuos, telepatistas, trapecistas, hipnotizadores..." detalla el músico y periodista Abel Gibert. Y recuerda la indicación del compositor: "La audiencia puede ser llevada de acá para allá entre la sincronía y la asincronía: la tensión entre lo visual y lo aural."
Teatro Colón, temporada 2001. Puesta en escena: Diana Theocharidis. Dirección musical: Gerardo Gandini. Fragmento: 8 minutos.
5. Tango alemán (1977-78).
En la introducción de la obra dice el autor sobre el cantante: "Debe recitar exclusivamente en una lengua de fantasía incomprensible y, al mismo tiempo, imitar el estilo característico del canto en el tango argentino. A través del rodeo aparente de la parodia, el oyente tal vez pueda percibir de la manera más espontánea esa solemnidad amargamente dulce del tango. Es condición necesaria de la interpretación una combinación de pasión extraordinaria y sentimentalismo conmovedor. Tango alemán: en Europa que suene argentino; en Argentina, protogermánico".
En la introducción de la obra dice el autor sobre el cantante: "Debe recitar exclusivamente en una lengua de fantasía incomprensible y, al mismo tiempo, imitar el estilo característico del canto en el tango argentino. A través del rodeo aparente de la parodia, el oyente tal vez pueda percibir de la manera más espontánea esa solemnidad amargamente dulce del tango. Es condición necesaria de la interpretación una combinación de pasión extraordinaria y sentimentalismo conmovedor. Tango alemán: en Europa que suene argentino; en Argentina, protogermánico".
Grabación del estreno en la ciudad alemana de Colonia, en 1978, con Mauricio Kagel (voz), Jorge Risi (violín), Alejandro Barletta (bandoneón) y Carlos Roqué Alsina (piano): 9 minutos.
6. Sankt-Bach Passion. (1981/1985). Oratorio para
solistas, coro y gran orquesta.
"La obra de Bach ha infundido un enorme respeto en la mayoría de los compositores, desde el siglo XVIII hasta hoy en día. Podríamos, tal vez, trazar un paralelismo entre la importancia de Moisés para los judíos y los no judíos, el valor de Bach como padre simbólico de los compositores y la quintaesencia de la música para los oyentes (...) La diferencia decisiva reside en el hecho de que las revelaciones metafísicas de Bach no están escritas en palabras --aún cuando su selección de textos es más que una colección de muestras sin valor-- sino exclusivamente en notas con el significado de las palabras. Acaso sea éste el motivo por el cual la multiplicidad de enseñanzas que puede ofrecernos su música se mantiene viva e intacta."
"Hace alrededor de cinco años", agrega Kagel, "empecé a escribir una Pasión según san Bach; en el primer borrador anoté un motto inventado: `Puede ser que no todos los músicos crean en Dios, pero todos creen en Bach´. Esta idea me alentó a componer una pasión, una suerte de santificación de la única figura que une sin objeciones a mi gremio (...) Como si fuese un evangelista, el tenor cuenta algunos episodios de la vita del maestro; una mezzosoprano y un barítono comentan estas estaciones y un recitante, que representa la figura de Bach, dice textos originales. El coro y una gran orquesta completan la obra".
Anne Sofie Otter, mezzosoprano; Hans-Peter Blochwitz, tenor: Roland Hermann, barítono; Peter Roggisch, recitante; Gerd Zacher, órgano. Coro y Orquesta de la Radio de Stuttgart. Dirección: Mauricio Kagel. Año 2002.
Fragmento: 9 minutos.
Anne Sofie Otter, mezzosoprano; Hans-Peter Blochwitz, tenor: Roland Hermann, barítono; Peter Roggisch, recitante; Gerd Zacher, órgano. Coro y Orquesta de la Radio de Stuttgart. Dirección: Mauricio Kagel. Año 2002.
Fragmento: 9 minutos.
7. Cuartetos de cuerda: I y II (1965/67); III (1986/87).
Según el músico Llorenç Barber, "el cuarteto de cuerdas, paradigma aceptado por la tradición de músicas incontaminadas y tenidas por absolutas o puras, es objeto aquí del bisturí limpiador de Kagel (...) El sonido instrumental del cuarteto sufre todo tipo de desnaturalización posible. Igual que el piano preparado de Cage, aquí el sonido normal es saboteado con la ayuda de muelles, papel de celofán, grapas, trozos de madera, agujas de tricotar, cerillas monedas, etc (...) Los bárbaros sonidos resultantes adquieren una dimensión crítica al demandar Kagel a los intérpretes que adopten una actitud exageradamente contrastante: gestos amplios y solemnes al tocar sonidos casi inaudibles, caras inexpresivas y gélidas al sonar bellos armónicos."
Intérpretes: Cuarteto Arditti, grupo de referencia para un amplísimo conjunto de obras de música contemporánea. Esta versión fue grabada en 1989. Duración: Cuarteto I: 10 minutos. Pan: 5 minutos. Cuarteto II: 10 minutos. Cuarteto III: 38 minutos.
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EN ESTA TEMPORADA CUARTETO DE CUERDAS UNTREF Al finalizar la interpretación de obras de Kagel el 25 de abril de 2014. |
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1. Página web de Mauricio Kagel (1931-2008): obras musicales, libros, films, radio:
2. Palimpsestos. Escritos de Mauricio Kagel. Selección y cuidado de la edición, Carla Imbrogno. Traducción: Carla Imbrogno, Florencia Martín y Pablo Gianera. Editorial Caja Negra, Buenos Aires, 2011.
3. Mauricio Kagel, de Llorenç Barber. Círculos de Bellas Aires. Madrid, 1987.
4. Artículo Más allá de la paradoja, de Federico Monjeau, reproducido en la antología de textos titulada Música argentina (La mirada de los críticos). Libros del Rojas, Buenos Aires, 2005.
5. Süden, film documental de Gastón Solnicki. Con Klara Csordas, mezzosoprano; Roland Hermann, barítono. Ensemble Süden. Compañía Oblicua. Divertimento Ensemble. Orquesta Filarmónica de Buenos Aires: Marcelo Delgado, Arturo Diemecke, Sandro Gorli y Mauricio Kagel, directores. Colonia-Buenos Aires, estrenada en 2009. DVD de 67 minutos de duración.
Avance del film: 2 minutos: