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lunes, 31 de octubre de 2011

Cartas filmadas: una tarde con Jonas Mekas, el sembrador de imágenes


JONAS MEKAS
El cineasta en La Casa Encendida, centro cultural donde se desarrolló el coloquio
sobre las cartas filmadas que intercambió con el realizador español José Luis Guerin.
Madrid, martes 25 de octubre de 2011.

Jonas Mekas, leyenda viva del cine independiente estadounidense, entra en el auditorio tocado con un sombrero ocre de ala corta y luce una sonrisa afable que cierra aún más sus párpados, convirtiendo a los ojos en dos líneas horizontales extrañamente expresivas. En el panel donde se sentará lo espera un vaso de vino blanco, que no tocará en toda la reunión. Ha estado en Barcelona la semana pasada y ahora se encuentra en Madrid para dialogar con el cineasta barcelonés José Luis Guerin (1960) con el que ha intercambiado una de las Correspondencias fílmicas que integran el ciclo programado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y La Casa Encendida de Madrid, dos de las entidades más dinámicas e interesantes de España.

A poco de comenzar la conversación entre los dos cineastas, presentada por el crítico Miguel Marías, es fácil advertir que Mekas (Semeniskiai, Lituania, 1922), además de ser un protagonista activo del New American Cinema durante el último medio siglo, es alguien que ha vivido mucho (con frecuencia a contracorriente de la historia y del arte de las imágenes) y tiene esa condición de quien se mira y mira al mundo de manera abierta a un vitalismo que el tiempo no ha derrotado. Está a punto de cumplir 89 años y sus respuestas a los jóvenes que llenan el auditorio de La Casa Encendida donde se desarrolla la charla (1) muestran que mantiene viva su notable libertad de pensamiento.

En el camino. Hijo de granjeros lituanos, Jonas dejó su país, que en 1944 ya había sido ocupado primero por los soviéticos y luego por los alemanes, a los 22 años  junto a su hermano Adolfas. El tren en el que viajaban hacia el oeste fue detenido en territorio de Alemania por las tropas nazis, que condujeron a ambos jóvenes a un campo de trabajo próximo a Hamburgo, donde estuvieron ocho meses. Después de la finalización de la guerra, Jonas estudió filosofía en Alemania, en la Universidad de Meinz, y en 1949 emigró a Estados Unidos, donde tras un largo periplo logró establecerse en Williamsbourg, en el distrito de Brooklyn (Nueva York). Al poco tiempo de llegar pidió prestado dinero para comprar su primera cámara Bolex de 16 milímetros y empezó a registrar momentos de su vida, en un empeño que se mantuvo durante décadas y continúa hasta hoy.

Descubrió entonces el cine de vanguardia en locales neoyorquinos pioneros, en los que también se proyectaron algunas de sus primeras películas. Estaba todo por hacer en el que luego llamaría New American Cinema, por lo que Mekas se convirtió en redactor jefe de la revista Film Culture desde 1954 y cuatro años más tarde comenzó a escribir su célebre columna Movie Journal en el semanario The Village Voice, plataformas ambas de difusión del naciente cine underground, enfrentado al dominio concluyente de la industria de Hollywood. Posteriormente fue cofundador de la Film-Makers´ Cooperative (1962) y de la Film-Makers´ Cinemateque (1964), que se convirtió, ya como Anthology Film Archives, en uno de los museos-filmoteca más grandes e importantes del mundo en películas de vanguardia.

Su obra fílmica reúne innumerables películas: narrativas como Guns of the Trees (1962), documentales como The Brig (1964) y un amplo catálogo de diarios, como Walden (1969), Lost, lost, lost (1976), Reminiscenses of a Journey to Lithuania (1971-72), Scenes  from the Life of George Maciunas (1992), Birth of a Nation (1995), y As I Was Moving Ahead Occasionally I Saw Brief Glimpses of Beauty (2000), que agrupa imágenes tomadas por Mekas a lo largo de 50 años de su vida. En el 2007, el cineasta rodó 365 cortometrajes, uno para cada día del año, que dio a conocer cotidianamente en Internet a través de su página web. El mismo año, en Vilna, la capital de Lituania, se inauguró el Centro de Artes Visuales que lleva su nombre. En 2011, por último, presentó en el Festival de Berlín el largometraje Sleepless Nights Stories.

Poeta en idioma lituano, prosista, crítico, profesor, Mekas fue testigo y protagonista de la efervescencia cultural estadounidense de los años sesenta, una trama de influencias mutuas entre la literatura, la pintura, la música, el teatro y el cine de la que posteriormente fueron canonizadas algunas figuras con las que Mekas mantuvo relaciones: Andy Warhol, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Yoko Ono, John Lennon, John Cage, o Salvador Dalí, de casi todos los cuales ha dejado imágenes fílmicas en su extensa producción. En aquella época, ejerciendo su tarea de difusor del nuevo cine, había proclamado a Shadows (1959), de John Casavettes, y Pull My Daisy (1959), de Robert Frank y Alfred Leslie, como los films que iniciaban el camino de una revolución estética.

Intercambio entre cineastas. Con ese bagaje, Mekas ha participado ahora en España en el ciclo Todas las cartas. Correspondencias fílmicas, comisariado por Jordi Balló, que busca impulsar un nuevo formato cinematográfico: “El intercambio de ideas filmadas entre dos cineastas, donde se plantean afinidades y diferencias, el respeto mutuo y la simultaneidad de los intereses (…) El proyecto reúne estas obras de intercambio entre parejas de directores situados en territorios alejados, pero unidos por la voluntad de compartir preocupaciones y puntos de vista”.

El proyecto se puso en práctica por primera vez hace seis años, estableciendo una relación creativa entre el director iraní Abbas Kiarostami (Teherán, 1940), un poeta del cine, y el español Víctor Erice (Carranza, 1940), un maestro de la prosa poética en imágenes. Fruto de ese empeño fueron las diez cartas filmadas que intercambiaron entre 2005 y 2007 (2), pequeños relatos de gran belleza que en este mes de octubre volvieron a ser exhibidas junto al resto de las cartas realizadas hasta ahora por seis parejas de cineastas (3).

Las intercambiadas entre Mekas y Guerin se rodaron entre 2009 y 2011 y acaban de ser presentadas en Barcelona y en Madrid. Son fragmentos fugaces del entorno vital de sus autores, imágenes que surgen de miradas muy diversas y que están evocadas por un pulso existencial: a veces en viajes por el mundo, a veces en los límites de la propia casa. Una percepción subjetiva de las cosas y las personas del entorno, y también retazos articulados de la memoria visual de cada creador, organizados en la cadencia de todo cruce epistolar.







 
LAS CARTAS DE MEKAS
Estas imágenes fugaces fueron enviadas por el cineasta
desde su casa de Brooklyn; desde su estudio de montaje, en primavera, donde recupera metraje antiguo filmado por él; desde Polonia y Eslovaquia, donde reflexiona sobre el acto de filmar; o desde el Anthology Film Archive, con la imagen del realizador Jim Jarmusch saliendo de un acto por el 40 aniversario de ese lugar mítico del cine independiente fundado por Mekas.








LAS CARTAS DE GUERIN
El cineasta evoca su primer encuentro con Mekas en Nueva York, filma el paisaje helado del lago Walden, se encuentra con el compositor y pianista Mitch Hampton, recuerda a la joven crítica de cine Nika Bohinc (que falleció trágicamente poco tiempo después de que tomara imágenes de ella en Lisboa), y regista en Japón escenas urbanas tras la catástrofe del terremoto de este año en ese país.
Trovadores del cine. Al presentar el coloquio entre Mekas y Guerin (un pionero y un discípulo), el crítico Marías señaló algunas de sus características comunes entre ambos: “Más que hacedores de películas son captadores de imágenes que luego montan, almacenadores de films, miradores del mundo. Filmadores. No son documentalistas, no son contadores de historias”. Después recordó que Mekas, además de cineasta, “no sólo fue promotor del cine underground, sino que se preocupó por conservarlo y distribuirlo”.

El camino de Guerin (4) es --signo de la época-- más solitario, subrayó el propio realizador. Para él, los artistas como Mekas son “trovadores del cine” en los que encontró “un cuerpo de metáforas que me amparaban”. Mekas escucha y responde a ese comentario, y a otros que posteriormente formula el público, en un inglés de resonancias lejanas. Esta es una síntesis de sus intervenciones:

“Sí, se necesita esa protección porque cuando algo empieza viene de la nada, es frágil, siempre es necesario protegerlo. Pero no es porque el nuestro sea cine amateur. Los amateurs están en Hollywood. Nosotros no nos tomamos en serio a nosotros mismos. O quizás es distinta nuestra seriedad, porque prestamos atención a lo que no es importante…Como cuando alguien dice te quiero…es el nacimiento de algo sencillo, natural.  Siempre que usamos una cámara nos tiemblan las manos para capturar el momento, en pocas imágenes, como los poetas que escriben haikus: captar los instantes cuando se van”. El camino, no hay que dudarlo, es difícil: “Cierta vez un joven escritor le dijo a Dostoievski que quería llegar a ser universal, como Tolstói. Dostoievski le respondió: no trate de ser universal, trate de ser personal. Ser personal es lo más difícil. Es un desafío enorme”.

Está, además, la cuestión de las herencias. Como emigrado a Nueva York a mediados del siglo XX, Mekas tiene memoria de su pasado y una hipótesis sobre la historia del arte. Que expresa así: “La historia del arte, el gran arte, es sólo lo que queda después de las guerras, de los grandes desastres, de los fanatismos, de las plagas, de las atrocidades cometidas por los hombres. Es lo que sobrevive de forma milagrosa. Lo mismo pasa con el cine, siempre algo sobrevivirá”.

JOSÉ LUIS GUERIN
En el diálogo con Mekas
Guerin, preocupado por la influencia de los nuevos medios, dice: “Yo no tengo el aval de la obra de Jonas. Cuanto más facilidades tecnológicas tengo, debo ponerles límite, para que no banalicen las imágenes. Lo mismo pasa con el encuadre. No podría filmar sin él”. Mekas mira al realizador español y, en un tono a todas luces afectuoso, le dice: “Quizás no estés luchando con tu herramienta sino contigo mismo. La herramienta está ahí, es neutral. Y punto… Yo no pienso en el encuadre, quiero saber dónde está el centro; puedo tener errores en el encuadre, pero eso forma parte del proceso”.

Naturalmente, en la charla aparece el surgimiento del vídeo y de Internet. Mekas comenta: “Son cambios que están ocurriendo. En 1965 yo conocía en Nueva York a todos los realizadores independientes. Diez años después eso ya era imposible. Entre los miles de vídeos que hoy se realizan hay categorías: cine negro, gay, indígena, etc, y siempre hay gente que conoce qué es lo bueno y lo bello en todos esos campos”. Y agrega: “Pensemos que el cine es un gran árbol. Muchas ramas nacieron en los años veinte, cincuenta, sesenta. Y luego se generaron otras formas de hacerlo. Pero no desapareció. Con las nuevas tecnologías, todo cambia otra vez”.

Y sin ninguna solemnidad, pero con energía, retoma su idea del arte como sobreviviente de las catástofes para formular un imperativo: “La responsabilidad del joven cineasta es conocer todo, saber que todo acto o palabra tiene impacto en el siguiente momento de la humanidad. Eso nos dieron los que estuvieron antes que nosotros. No podemos traicionarlos, tenemos que continuar. Seguir haciendo lo que hicieron otros para que la humanidad fuera más hermosa. Menuda responsabilidad.”

Como en Barcelona, en Madrid Mekas lleva en la solapa una chapa del movimiento Occupy Wall Street, que varias veces en estos días ha manifestado su protesta en el distrito financiero de Manhattan. “La política real”, afirma, “es lo que cambia la vida y las personas”, y no la de los políticos “que usan las armas y los tanques”. Sin embargo: “Creo en las utopías personales, no en las que están recogidas en un manifiesto. Porque con frecuencia para defender a estas últimas primero se usan las pistolas, y después los tanques y las bombas”.

Volviendo al cine, Mekas cree que cada formato tiene su carácter específico y que no hay que transferir las imágenes de uno a otro. “Cuando yo era joven, vi  imágenes de grandes obras de arte, en blanco y negro e impresas en un papel muy malo. Pensé: esto lo quiero ver. Y años más tarde las pude ver, por ejemplo, en el Museo del Prado. Pero nunca tiré aquellas malas imágenes en blanco y negro”.

Sobre el final del coloquio, Marías recuerda esta paradoja del momento actual: “Se está haciendo mucho cine, muy bueno, muy prometedor, y lo hay por todas partes, en Japón, en China, incluso Godard o Straub creo que también forman parte de ese cine. Pero no se estrena. Si se viera todo ese cine, quizás diríamos que estamos atravesando una época dorada. Pero en cambio es un cine subestimado por la propia industria”.

De ahí la necesidad de nuevos circuitos de distribución y exhibición, como los que muestran estas Correspondencias fílmicas, poducidas y exhibidas en centros culturales, o aquellos films que se pueden ver en galerías, museos, filmotecas o redes alternativas, y que, como recuerda Mekas, comenzaron a allanar el camino en los años setenta con el videoarte. “El cine es una tradición antigua y continuará, aunque no podemos anticiparnos al futuro”, concluye en el coloquio de Madrid.

Reaccionar a lo inmediato. Algunos comentarios de  este artista sobre sus películas completan el sentido que le ha dado a las imágenes, por ejemplo las de sus múltiples diarios o las que reflejan sus años de exiliado: “Para llevar un diario fílmico hay que reaccionar con tu cámara a lo inmediato, ahora, al instante: o lo registras o no registras nada de nada. Esto requiere un conocimiento total de las herramientas que estás utilizando: tiene que recoger la realidad a la que estoy reaccionando y también mi estado de ánimo según estoy reaccionando. Lo cual quiere decir que la estructura (montaje) tiene que ser hecha ahí mismo, durante el rodaje, en la cámara. Todo el metraje que se ve en los diarios está exactamente igual a como salió de la cámara: no hay forma de lograr nada en la sala de montaje sin destruir su forma y contenido” (a propósito de Walden, 1964-69).

“La época que retrata el quinto y sexto rollo fue un período de desesperación, de intentos frustrados por abrir caminos en esta nueva ruta, de crear nuevas memorias. En estos seis dolorosos rollos he intentado mostrar cómo se siente un exiliado, cómo me sentí en esos años (…) Describe el ánimo de un desplazado que todavía no ha olvidado su tierra de origen y que no ha encontrado una nueva. El sexto es un rollo de transición, donde empezamos a notar un cierto relax, donde empiezo a encontrar momentos de felicidad (a propósito de Lost, lost, lost, 1949-63-76).

LOS JÓVENES ANDY WARHOL Y JONAS MEKAS
 
JOHN LENNON Y YOKO ONO
Corto de 1969

UNA DECLARACIÓN DE AMOR
Dedicada a Nueva York (2001)



Entre otras, estas películas se pueden ver libremente en la página web de Jonas Mekas (5), en la que está presente la memoria de una vida y de una época, reunidas a través de un medio nacido en el presente. Informaciones sobre la biografía del autor, las exhibiciones, los libros escritos en prosa y en verso, las entrevistas realizadas, los estudios sobre su producción, complementan las numerosas imágenes de vídeo existentes en el sitio. Mekas ha hecho en 2006 una introducción a su obra fílmica seleccionando 40 trabajos, de varios minutos cada uno, que han sido reeditados por él para su nueva audiencia de Internet; también están las piezas de su diario y algunos de sus films más destacados, en los que al ritmo del pulso de la vida aparecen en acción personajes de la cultura y también escenas de algunos hechos históricos como el colapso de la URSS y la independencia posterior de su Lituania natal, o imágenes propias del atentado a las Torres Gemelas de Nueva York.

En la última película de Guerin, Guest (Invitado, 2010), trabajada a ambos lados de la frontera entre el cine documental y el de ficción, aparece, entre otros momentos singulares del film, la imagen de Mekas tratando de explicar con palabras su poética de las imágenes. Basta con acceder a cualquiera de sus trabajos para percibir con qué coherencia la ha llevado adelante.

UN CINEASTA EN WALL STREET
Mekas en un acto de protesta de los `indignados´ estadounidenses
contra los círculos financieros. Lleva una pancarta con este lema:
"El dinero nunca ha hecho algo hermoso, pero la gente sí. De eso se trata".
Wall Street 620, Nueva York. 2 de Octubre de 2011. 

Problemas de hoy. En un artículo dedicado a situar los orígenes y características del movimiento que integró Mekas en los años sesenta, sus implicaciones estéticas y su actitud ética (6), el joven cineasta español David Gutiérrez Camps incluye esta referencia al presente: “Mekas vio en la distribución uno de los grandes problemas del modo de funcionamiento del cine. Una vez más, esto es algo hoy plenamente vigente”. Y, tras recordar que el artista creó su distribuidora y se lo replanteó todo para hacer las cosas bien, el autor señala: “Gente de su talante, de su honestidad, de su humildad, de su tesón, sería muy útil hoy en este maltrecho mundo en el que vivimos, donde nos resulta difícil ver el cine que nos interesa y aún más difícil evitar lo que no nos interesa. Quizá el cine se ha democratizado, en cierta forma, porque hay mucha gente haciendo cosas libremente, pero el control sigue perteneciendo a los mismos y probablemente su poder se ha exagerado. Su control sobre incluso las intenciones de los espectadores. Estamos confundidos (otra vez). Habría que volver a empezar desde el principio”.

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(1) La Casa Encendida. Centro cultural de la Obra Social de la Caja de Madrid. Sala de documentación, biblioteca, mediateca, exposiciones, cine, teatro, cursos. Todas las Correspondencias fílmicas se exibieron allí entre el 19 de septiembre y el 30 de octubre de 2011. El coloquio entre Mekas y Guerin se desarrolló en el auditorio de su sede madrileña el pasado martes 25 de octubre.

(2) La filmografía del realizador, poeta y fotógrafo  Abbas Kiarostami, uno de los grandes directores del cine actual, reúne entre otros: ¿Dónde está la casa de mi amigo? (1987), Y la vida continúa (1992), A través de los olivos (1994), El sabor de las cerezas (1997), El viento nos llevará (1999) y Copia certificada (2010).
Víctor Erice ocupa un lugar destacado como cineasta de culto, logrado con pocas películas: El espíritu de la colmena (1973), El Sur (1983), El sol del membrillo (1992) y el mediometraje La Morte Rouge  (2006).

3) El resto de los intercambios fílmicos exhibidos fueron realizados por estos cineastas: el español Isaki Lacuesta (Girona, 1975) con la japonesa Naomi Kawase (Nara, 1969): siete cartas rodadas entre 2008 y 2009; el español Jaime Rosales (Barcelona, 1970) con el documentalista chino Wang Ning (Shaanxi, 1975): tres cartas rodadas entre 2009 y 2011; el mexicano Fernando Eimbcke (Ciudad de México, 1970) con la directora surcoreana So Yon Kim (Pusan, 1968): ocho cartas de 2010 y 2011; y por último el español Albert Serra (Banyoles, 1975) con el director argentino Lisandro Alonso (Buenos Aires, 1975): dos cartas rodadas en 2011.
La serie Todas las cartas, Correspondencias fílmicas, que reúne los aportes de los doce cineastas citados, tiene un total de ocho horas y media de duración. Acaba de ser editada y puesta a la venta por las dos entidades organizadoras en una caja única que agrupa todas las películas.

(4) La filmografía de Guerin comienza con el largometraje Los motivos de Berta (1985) y continúa con Innisfree (1990) y Tren de sombras (1997). En 2001 se estrena su documental En construcción y en 2007 la película En la ciudad de Sylvia. En 2010 presenta en el Festival de Venecia su último film, Guest, y en el museo Esteban Vicente de Segovia la instalación La dama de Corinto.

(5) Página web de Jonas Mekas:



(6) Jonas Mekas y el underground neoyorkino: una actitud nueva, de David Gutiérrez Camps (Vidrieres, Girona, 1982).